Crisis en el gobierno de Javier Milei: renuncias en cadena sacuden el gabinete. En una noche caótica, el jefe de gabinete Guillermo Francos y el ministro del Interior Lisandro Catalán han dejado sus cargos, desatando un torbellino político sin precedentes a solo días de las elecciones. La renuncia de Francos, anunciada por Twitter mientras el presidente cenaba con Mauricio Macri, revela una fractura profunda en el liderazgo de Milei, quien apenas asumió con un 40% de los votos.
Fuentes gubernamentales indican que la situación se tornó insostenible tras la presión de los gobernadores, quienes clamaban por interlocutores confiables. La estrategia de Milei, que parecía sólida tras su victoria, se enfrenta ahora a un desafío monumental: la falta de cohesión interna. Karina Milei, quien ha emergido como figura clave, ha visto cómo su influencia crece mientras otros ministros se desmoronan.
Manuel Adorni ha sido nombrado nuevo jefe de gabinete, pero su capacidad para ejecutar decisiones efectivas está en duda. Santiago Caputo, quien busca convertirse en un superministro, podría asumir el control del Ministerio del Interior, pero su nombramiento aún no se ha confirmado. La incertidumbre reina en un gobierno que, a pesar de su reciente triunfo electoral, parece desmoronarse bajo la presión de la inestabilidad interna.
La noche de renuncias ha dejado a Milei con una tarea monumental: restaurar la confianza y la funcionalidad de un gabinete que ya muestra signos de debilidad. Mientras tanto, la oposición observa con atención, preparándose para capitalizar cualquier error en este momento crítico. La política argentina, una vez más, se encuentra en un punto de inflexión. La pregunta que todos se hacen es: ¿podrá Milei recuperar el control antes de que sea demasiado tarde?
