El faraón Ramsés II gobernó Egipto hace unos 3.000 años y se cree posible que esta estatua se remonta a este período. Si se trata de una estatua original, un destacado egiptólogo ha afirmado que podría ser uno de los descubrimientos más importantes de los últimos tiempos. Sin embargo, siempre existe la posibilidad de que la estatua sea una reelaboración posterior.

Durante la semana pasada, la cabeza gigante de la estatua y otros fragmentos, incluida la oreja derecha y una pequeña porción del ojo derecho, fueron retirados del sitio. El lunes sacaron el torso de una zanja fangosa llena de agua subterránea. Se necesitó una grúa para completar la tarea mientras los lugareños y funcionarios gubernamentales se reunían para observar y vitorear. La estatua pesa tres toneladas y mide 26 pies. Está hecho de cuarcita, una roca dura y metamórfica que normalmente se encontraba en la cantera de Gebel el Ahmar, cerca de El Cairo.

Investigadores alemanes y egipcios descubrieron el busto de la estatua en el distrito de El Matareya, cerca del emplazamiento del templo del sol de Ramsés II, en el noreste de El Cairo. En la época de Ramsés II, esta zona habría sido la antigua capital de Heliópolis y la sede de culto del dios sol, Re.

El Ministerio de Antigüedades ha dicho que el torso y la cabeza se volverán a unir y ambas piezas se trasladarán al Museo Egipcio para su montaje. Se espera que la estatua ensamblada se exhiba luego en el planeado Gran Museo Egipcio cerca de las Pirámides de Giza, cuya inauguración está prevista para 2018. Este nuevo museo, junto con el emocionante descubrimiento de esta semana, debería ayudar a impulsar el regreso del turismo a Egipto.

El equipo arqueológico también descubrió una porción de una estatua de piedra caliza de tamaño natural del faraón Seti II, nieto de Ramsés II, que medía 80 centímetros de largo.

Quedan más piezas desenterradas y los expertos continuarán con la extracción antes de restaurar la estatua.