Al igual que las catacumbas de Roma que fueron contemporáneas, la necrópolis de Kom El-Shuqafa es una extensa red de pasillos, cámaras y loculi (nichos funerarios) excavados en la roca. Hay una capilla en la planta baja y tres niveles debajo que contienen más de 100 lóculos y tumbas con sarcófagos. A diferencia de las catacumbas romanas que fueron construidas para contener los restos de cristianos y judíos, esta tumba es exclusivamente politeísta. Lo que lo hace tan especial es la rica combinación de iconografía y características arquitectónicas helenísticas, romanas y egipcias.

En el nicho central de la tumba principal hay un bajorrelieve que representa la escena tradicional egipcia de la momificación de Osiris. El dios muerto está colocado sobre un féretro en forma de león. El féretro está flanqueado por Thoth a la cabeza y Horus al pie, mientras que Anubis está detrás del centro del féretro realizando el ritual. Las figuras están ataviadas y adornadas con símbolos tradicionales (disco solar, doble corona, cetro was, corona atef, pluma de la verdad) y posan en la postura tradicional del antiguo Egipto: el torso mirando al frente, la cabeza de perfil y una pierna extendida. Aun así, hay elementos anómalos, como la larga túnica de Anubis con un manto sobre sus hombros en lugar de la tradicional falda escocesa. Un diseño clásico griego de huevo y dardo adorna la pared sobre este relieve.

Los relieves del Toro Apis decoran los nichos izquierdo y derecho de la tumba principal. En el nicho de la izquierda, el toro se enfrenta a un hombre que lleva la tradicional falda egipcia y la Doble Corona del Alto y Bajo Egipto. Ofrece un collar opulento al toro. La corona indica que se trata de una representación del emperador romano abrazando la iconografía faraónica y el ritual religioso. De nuevo, el motivo del huevo y el dardo está tallado sobre esta escena. Estas representaciones de un emperador romano adorando al Toro Apis sólo se encuentran en esta tumba. Nunca se ha encontrado nada comparable en Alejandría ni en el resto de Egipto.

A principios del siglo XX, las catacumbas fueron aclamadas como una de las Siete Maravillas del Mundo Medieval. Si estás pensando “eso es extraño ya que la necrópolis claramente no es medieval”, no te alarmes. La mayoría de los demás en la lista (el Coliseo, la Gran Muralla China, Stonehenge, la Torre Inclinada de Pisa, la Torre de Porcelana de Nanjing y Hagia Sophia) tampoco lo estaban.

La catacumba ha estado en peligro por la filtración de agua subterránea desde su descubrimiento. El tercer nivel lleva sumergido cerca de un siglo y el alto contenido de humedad provoca la descamación del lecho de piedra caliza dañando los relieves y las pinturas murales. En 1985, el Ministerio de Antigüedades egipcio instaló un sistema de bombeo permanente para drenar el agua, pero fue insuficiente para resolver el problema. Con financiación de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), las autoridades egipcias lanzaron un nuevo programa para modernizar y mejorar el sistema de drenaje. Los trabajos comenzaron en noviembre de 2017. Se cavaron seis pozos de 130 pies de profundidad y se instalaron nuevas tuberías y bombas electrónicas. El Ministerio anunció el domingo que el proyecto de drenaje está completo.